lunes, 9 de agosto de 2010

Relato Misógino



La nueva funcionaria, ya conocida entre los ejemplares masculinos de la covachuela judicial como La Turbadora, y por los femeninos como La Frescachona, se encontraba sentada muy tiesa en su escritorio plisando los bordes de su veraniego vestidito campesino de La Toscana, cuando se dirigió hacía ella don Aniceto (alías La Esfinge  El Azote de los chupatintas poltrones) embutido en su levita de dar broncas.

–Bien señorita, supongo que sabe manejar este chisme. Escriba lo que se le ocurra.

Los delicados deditos volaban sobre el teclado y las largas uñas pintadas de rojo noche-de-pasión-en-Tombuctú dibujaban filigranas en el aire.  Inclinándose don Aniceto sobre la cabecita llena de bucles observó, embriagado por una nube de perfume Midnight Narcissus, lo escrito en la pantalla:  “Ya es primavera en el Corte Inglés”, “Le amo, tonto”

Un imperceptible temblor agitó las puntas del bigote de Don Aniceto y todo el flujo sanguíneo de sus pies decidió emigrar a las orejas.

–¡Espléndido! Señorita Florinda –exclamó entusiasmado –¡qué manera de acariciar las teclas la suya!

–Si quiere tecleo otra cosa… ¿puedo poner “botijo”?  –susurro La Tentadora levantando sus ojazos hacía don Aniceto al tiempo que agitaba las pestañazas.

Aquel sutil gesto provocó que los papeles que había sobre la mesa revolotearan como una manada de mariposas en celo, don Aniceto se tensara como el corcho de una botella de gaseosa al sacudirla y crujieran los cimientos del Tribunal Supremo.

–Esto… ¡ejem!... ¿le parece que le dicte un oficio para ejercitarse en el lenguaje jurídico? –dijo con voz de pito y loco de amor  –bien, vamos allá. “Por estar así acordado en resolución del día de la fecha, adjunto le remito un par de muslos…”

–¿Ha dicho muslos?

–¿He dicho muslos?... efectivamente señorita, ¡no sabe Vd. la de cosas raras que enviamos! Sigamos. “…y  planteado el habeas cuerpazo,  quedo a la recíproca cuando sus pechugas viere”

Extendiendo un pañuelo blanco que sacó del bolsillo en el suelo, don Aniceto apoyó su rodilla (adivinen cúal) sobre él y suplicó a La Torturadora entre un repiqueteo de cencerros.

–¡La amo, Florinda! ¡Es Vd. tan joven e inocente! Si lo desea, yo le mostraré los más dulces secretos de la legislación hipotecaria ¿Quiere Vd. casarse conmigo? ¿Cuánto pesa su señora madre? Responda primero a la segunda pregunta.

–Mi mamá pesa 80 kilos, pero tiene un loro que no para de comer pipas. Y sí, ¡me casaré con Vd! Rodolfo.

–¿Cómo que Rodolfo? ¡Me llamo Aniceto!

–Pues a partir de ahora se llama Vd. Rodolfo, ¡ea!

–¡Oh! Florinda....

–¡Oh! Rodolfo...

Vuelven a sonar los cencerros.

Fin.



(Inspirado en un artículo de La Codorniz)


miércoles, 4 de agosto de 2010

Hoja Parroquial NOJ (II)

Hace una promesa a San Toribio de Mogrovejo ¡y desaparece la aplicación Minerva-NOJ de su PC!

   Según informa la cotorra oficial de los Juzgados, el pío tramitador Ceferino Bonilla el pasado día 15 de julio, víspera del inicio de su período vacacional, y angustiado por el funcionamiento de la nueva aplicación informática Minerva-NOJ sufrió un colapso nervioso. En concreto intentó tirar por la ventana el PC donde en ese momento tomaba declaración a un detenido, a este mismo y a los policías que lo custodiaban, todo ello al grito de ¡me cago en el padre de la Minerva! Parece ser que el acontecimiento no sorprendió en exceso a sus compañeros, que afirmaron que llevaba varios días mascullando frases inconexas y dándose cabezazos contra el escritorio.  

     Tras estos sucesos,  el susodicho se dirigió al convento de las Madres Funcionarias de Clases Pasivas donde se custodia una imagen de San Toribio, patrón y protector del gremio de los callistas, ante la cual hizo solemne promesa de patear un cacho del Camino de Santiago.  A cambio de ello el beatifico varón debía   fulminar a la paganaza de la Minerva esa. Para dar más peso a la transacción milagrera, se comprometió a realizar la romería acarreando en un saco el sumario más gordo que encontrara en los archivos.

   Un alto en el camino: Ceferino
pelando la pava con una mozuela

 Preguntado sí la trocha jacobea elegida fue el Ramal Navarro del Camino Francés, la Variante del Maestrazgo, la Vía Mozárabe o la Ruta del Queso de Tetilla, manifestó que ¡que mozalbete ni que niño muerto! Váyase Vd. a las afueras de cualquier ciudad y elija el primer sendero, vereda o camino de cabras que encuentre. Le apuesto dos trienios y una caja de puros a que la autoridad competente ha decidido que aquello constituye una milenaria variante del caminito de marras y lo ha señalado convenientemente. Además, ¿se imagina lo que tiene que ser andar  por el tramo más conocido en estos días? Como estar en la cola del INEM, seguro.

     Una vez cumplido sus votos camineros y tras reincorporarse a su puesto de trabajo se produjo el fenómeno: en vez de aparecer en la pantalla del ordenador la figura de la diosa romana de la sabiduría surgió… ¡Don Pelayo!  Eso fue en la primera jornada; en las sucesivas se alternaba el vencedor de la batalla de Covadonga con Agustina de Aragón, Sancho Panza o el caballo del General Espartero. Ahora en vez de volverme gilipollas con fases, subesquemas, tramitaciones guiadas y demás zarandajas de Satanás, cuando necesito un trámite concreto introduzco en el buscador  frases del tipo "non plus ultra", "vivan las caenas" o "no mandé mis naves a luchar contra los elementos"… y ¡zas! ya tengo el documento que necesito, declaró un alborozado Ceferino.

    El Boletín NOJ, publicado por el Ministerio a través de la editorial  Mira-que-ombligo-tengo,  comenta al respecto en su último número que todo esto constituye una maniobra más de distracción de la caverna judicial, que no ceja en su oposición a la modernización de la Administración de Justicia.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...