lunes, 29 de diciembre de 2008

MAMPORROS JUDICIALES (II)



Publicamos a continuación una entrevista con el analista militar Macario Peláez, excabo de la Legión y autor, entre otros interesantes ensayos, de “La toma de la Isla del Perejil. Concomitancias con la batalla de Iwo Jima” y “Actividad sexual de la tropa durante las guerras del Peloponeso”



PREGUNTA: El consejo de Guerra del CGPJ ha decidido mantener la sanción de 1500 euracos al Comandante Tirado, en vez de acordar el fusilamiento que reclamaba el AMCPMG (Alto Mando Conjunto PSOE-Ministerio-Gobierno). En su experta opinión ¿Qué repercusión puede tener este hecho en el actual conflicto?
RESPUESTA: ¡Pues que se va a armar la de San Quntín! Por otro lado, le diré si me lo permite, que es una pena que haya que suspender el show. No hay nada más apropiado para mantener la moral de la tropa y la adhesión de la población civil que un buen pelotón de ejecución al amanecer. ¡Imagínese!... el Astro Rey asomando por el horizonte mientras redoblan las campanillas, al tiempo que el Mariscal Bermejo arranca las puñetas y el huevo frito de la toga del condenado. Sublime espectáculo.
P: ¿Le ha sorprendido la decisión del Consejo Sumarísimo?
R: ¡Un huevo! Todos los expertos pensábamos que los miembros y miembras del Consejo designados por el AMCPMG votarían a favor de darle leña al mono. Cobra fuerza la opinión de un sector gubernamental de que lo apropiado hubiera sido, con carácter previo a la toma de posesión, la lobotomización de sus candidatos.
P: De las palabras pronunciadas por diversos comandantes de la potencia gubernamental es posible deducir una nueva escalada bélica ¿Dónde cree Vd. que se producirán las próximas escaramuzas?

R: Para empezar, es de esperar un ataque de la Brigada Acorazada Fiscal al mando del general Cándido Pattón Pumpido, sobre el bajo vientre del imperio Togado
P: ¿Se refiere a Vd. a la fortaleza del Tribunal Supremo?
R: ¡Xactamente! Que se preparen y empiecen a cavar, que les van a caer recursos de fragmentación por un tubo. Por otro lado, no descarto una operación anfibia, dirigida personalmente por el Mariscal Bermejo, con el objetivo de reformar el reglamento disciplinario de los Jueces.


P: Está prevista una incursión del Togado Supremo en territorio de una potencia no beligerante, en concreto el Congreso de los Diputados, pero ciertamente controlada por el Ejecutivo ¿Qué cree que puede pasar?
R: Pues que va a sufrir un bombardeo de tres pares de cojones. Ya veremos si sobrevive.
P: La Quinta Columna Mediática, sobre todo la División de Propaganda y Besos al Esferoidal Culo del Gobierno, ha demostrado en diversas ocasiones poseer una tremenda potencia de fuego ¿es de esperar que haga uso de ella el AMCPMG?
R:¿Dan leche las vacas? ¿Los funcionarios toman café? ¡Por supuesto! La propaganda populista es para los políticos como el porno. Se les pone dura. No dude que veremos a toda la infantería gubernamental asaltar a la bayoneta los medios de comunicación. Será todo un espectáculo ver como exhiben sus estandartes: “respeto a la división de poderes”, “sanción claramente insuficiente”, “exigir explicaciones”, “seria discrepancia” “el Gobierno está interpretando la voluntad de un amplio sector de la opinión pública”, etc. La pena es que no llevan una cabra delante como en la legión. Aunque, bien pensado, seguro que quien encabeza la carga es el sargento chusquero ese… ¿cómo se llama?...Si, hombre, el tío venenoso con mofletes…
P: ¿Pepiño Blanco?
R: ¡Ese! No es tan elegante como la cabra, pero da el pego.
La verdad, en la batalla mediática, el ejército Magistral no tiene nada que hacer.



P: ¿Qué respuesta cabe esperar por parte de las tropas togadas? ¿una maniobra envolvente? ¿un ataque por el flanco?
R: El bombardeo sistemático que está sufriendo de misiles tácticos corporativistas les obliga a permanecer por el momento a la defensiva y agazapados en sus covachuelas judiciales, pero no descarto lo que dice Vd,. aunque considero más probable un contraataque, apoyado en el uso de la bomba termonuclear-huelguera, por el orto ministerial…
P: ¿El orto?
R: La retaguardia, quiero decir.
P: Hablemos ahora de la población civil funcionaria. ¿Qué papel juegan en el conflicto?
R: Jugar, lo que se dice jugar, ni al parchís, oiga. Pero, ahora bien, no tenga la menor duda de que el Mariscal Ministerial tiene previsto utilizar su arma definitiva contra la armada puñeta: la NOJ. Y, claro, esto provocara daños colaterales entre los no beligerantes.
P: ¿A que se refiere exactamente?
R: Pues mire, una operación de tanta envergadura como es el lanzamiento de la NOJ presupone una previa e ingente labor de intendencia: pertrechos, transportes, reubicación de efectivos, planificación de movimientos, etc. Sin embargo con tal de joder al enemigo mucho me temo que se de luz verde al proyecto a lo bestia y… que salga lo que Dios quiera.
P: Para terminar, en su opinión ¿ha muerto definitivamente Charles Louis de Secondat?
R: ¿Mande?
P: Le hablo de el
Señor de la Bréde
R: Bre…¿que?
P: Hombre, si,
El Barón de Montesquieu
R: ¿Quién es ese tío? ¿Un mosquetero?
P: Me refiero a la división de poderes.
R:¡Ah!, eso. Y las mariposas y las abejitas liban de las flores en primavera... ¿de que higuera se ha caído Vd, amigo.? ¡ESTO ES LA GUERRA!... al Montesquieu ese, hace tiempo que le aplicaron la ley de fugas y está enterrado en alguna polvorienta cuneta con un bala del 38 incrustada en el cráneo.

domingo, 28 de diciembre de 2008

LA HIJA PRÓDIGA. Capítulo I


THRILER POR ENTREGAS CON LAS
NUEVAS AVENTURAS DEL
FUNCIONARIO-DETECTIVE
GALÍNDEZ.


Capítulo I

--Tengo una cita con el Sr. Pérez de Mondoñedo
La pelirroja recepcionista de Pérez de Mondoñedo & Asociados, el despacho de abogados más importante de la ciudad, me echó una mirada displicente de arriba a abajo y no debió quedar muy impresionada con lo que vio, ya que hizo un gesto con la mano para que me sentara y siguió hablando por teléfono. Quizás debí haberme lustrado los zapatos.
--… y entonces me invitó a cenar el monitor de esquí, un chico monísimo que se llama Borja ¿Qué dices?... ¡anda hija, que rústica eres! Él es todo un caballero…
Durante un buen rato permanecí de pie como un marmolillo peatonal, sin decir nada mientras aquel bombón no paraba de parlotear con su amiga Cuca, según puede deducir. Cuando noté que se me empezaba a dormir una pierna, saqué del bolsillo de la chaqueta una de mis tarjetas (de las que lleva una metralleta impresa en una esquina) y la deposité delicadamente sobre el escritorio al tiempo que pulsaba el conmutador del teléfono.
--…pero ¿cómo se atreve a…?
Sin darle tiempo a terminar me dirigí a un sofá de cuero verde situado al otro extremo de la sala. Una vez sentado encendí un cigarrillo con un mechero Bic desechable y cogí de una mesita auxiliar una revista dedicada al apasionante mundo de las mascotas.


--¡Vaya!, así que Vd. es detective --alcé la vista y miré a la cotorra, que me hablaba con evidente sorna mientras sostenía en su mano la tarjeta de visita --¡Oh! y además funcionario judicial. Nunca había conocido a ninguno y, es curioso, siempre los imaginé como unos hombrecillos grasientos con las uñas sucias de tinta que husmean en la basura. Veo que no me equivocaba.

Antes de que pudiera responderle con algún sarcasmo apropiado, se abrió una puerta y apareció una señora madurita, pero aún de buen ver, envuelta en un abrigo de pieles; se giró en el vano de la puerta haciendo tintinear sus innumerables pulseras y habló hacia el interior de la habitación de la que acababa de salir.
-- Y ya lo sabes, el cabronazo de mi marido puede seguir acostándose con esa niñata guarrona hasta que le dé un infarto, ¡pero tengo que quedarme hasta con los empastes de sus muelas! --tras decir esto se marchó como una exhalación
La tía borde se levantó de su asiento y accedió al interior del despacho, obsequiándome con una sonrisa burlona y un generoso meneo de trasero. Reapareció al cabo de unos segundos y dijo.
-Puede pasar… muñeco.

Aquel despacho era tan grande como una sala de vistas; tranquilo y silencioso como un Juzgado en el mes de agosto. Enormes estanterías de madera labrada ocupaban la mayor parte de las paredes, desde el suelo hasta el techo, en las que se alineaban perfectamente colocados toda clase de textos legales encuadernados en piel. Allá donde las paredes quedaban libres, colgaban enmarcados innumerables diplomas, títulos y fotografías. Las tupidas cortinas de color rojo impedían que entrara la luz exterior y un solitario flexo de pantalla verdosa situado sobre un macizo escritorio, en el que se podría jugar perfectamente al ping pong, lo iluminaba parcialmente quedando el resto de la habitación en penumbra. Una alfombra, que nada más verla daba ganas de revolcarse en ella, amortiguaba el sonido de mis pasos.
--Siéntese Sr --dijo la figura que permanecía sentada tras el escritorio, fuera del círculo de luz. Solo podía ver con nitidez unas manos cuidadas con manicura, que sostenían la tarjeta que había entregado con anterioridad a la recepcionista-- …Galíndez. ¿Sabe Vd. el motivo de su presencia aquí?
Tras decir esto se inclinó hacía adelante y entonces le pude ver con claridad.
Quien así hablaba era el honorable letrado Laureano Pérez de Mondoñedo Rocasolano, un individuo rechoncho, con el pelo cuidadosamente engominado y peinado hacia atrás, tendría unos 60 años y vestía un traje oscuro de chaqueta que probablemente valdría más que mi coche. Aquel no era un picapleitos de los que se patean todos los días las covachuelas judiciales, de hecho sólo recordaba haberle visto por allí en una sola ocasión. Ahora, eso sí, llegó en un jáguar conducido por un chófer con gorra de plato y realizó una entrada espectacular en el edificio flanqueado por dos becarías cañón con minifaldas y taconazos de aguja.
--No --contesté --El Decano me dijo que Vd. necesitaba los servicios de un investigador… y aquí estoy.
--Al grano… de lo que se trata es de averiguar con quién mantiene relaciones sentimentales mi única hija. Comprenderá que todo el asunto requiere la mayor discreción.


¡Vaya mierda! En general no me gusta hacerme cargo de asuntos de progenitores preocupados por la conducta de sus hijas. Al final suelo descubrir que las nenas son unos pendones desorejados y, ¡claro!, papaíto se resiste a aceptar que su niñita ha dejado de jugar con muñecas y ahora prefiere frotarse contra una barra metálica vertical en un casposo club de strip tease. Total, que siempre acaban despidiéndome a patadas.

Debió notar mi contrariedad porque rápidamente añadió:
-- Elvira es la hija que cualquier padre desearía. Matrículas de honor durante el bachillerato, licenciada Cum Laude en Derecho, Master en relaciones internacionales por Harvard, domina cinco idiomas, largos períodos de prácticas en los mejores despachos de abogados de Estados Unidos. En fin, una auténtica joya. Sin embargo, desde hace un mes su conducta ha cambiado. Ha abandonado los libros y sale con asiduidad, incluso por las noches. Sospecho que debe de tratarse de un asunto de pantalones… probablemente algún juez, quizás un fiscal, puede que un notario… en el peor de los casos un secretario o procurador.
--¿Qué le hace suponer tal cosa? --pregunté.
--No me siento muy orgulloso de ello, pero he de admitirle que he consultado las llamadas entrantes de su móvil y figuran cientos de ellas efectuadas desde el edificio de los Juzgados. Lamentablemente sólo aparece el número de la centralita, no el del despacho desde donde se han realizado.



Encendí un cigarrillo con un fósforo de diez centímetros, de esos que se usan para prender las chimeneas, y tras meditar un momento le hice una serie de preguntas, sin apenas darle tiempo a contestar.
--Cuando su hija sale por las mañanas ¿ha notado Vd. si al volver a casa huele a fritanga?
--Pues ahora que lo dice… sí… sobre todo a calamares fritos.
--¿Se ausenta continuamente para tomarse un café en algún bar próximo?
--Sí, pero…
--En sus conversaciones ¿abusa del uso del gerundio y utiliza con asiduidad términos extraños como escalafón, lexnet, almuerzo o cuerda floja?
--¡Sí!...
--¿Se ha aficionado a leer prensa deportiva? ¿es capaz de beber con soltura de un botijo?
--¡Cáspita!... sí, concretamente el Marca y ...
--Cuando en una serie televisiva española sale un supuesto Juzgado o el desarrollo de un juicio ¿se pone como una energúmena por su escasa verosimilitud?
--¡Cierto!...
Exhalé una buena bocanada de humo hacía el techo y con aire de seguridad dije:
--Pues olvídese de la élite, el pájaro con quien intercambia cromos su hija es un funcionario judicial de la clase de tropa.


Quizás debí ser un poco más delicado, aquello fue peor que si le hubiera dicho que su hijita del alma hacía palmitas con Jack el Destripador.
Levándose de un salto del sillón comenzó a dar vueltas por la habitación con los puños apretados y bramando como un oso borracho.
-- ¡un funcionario judicial!... ¡un funcionario judicial!... ¿no podía haber caído más bajo?, ya puestos ¿por qué no con un sindicalista? ¡Tanto años de sacrificio!... ¡tantas esperanzas puestas en que se hiciera cargo del despacho!... miles de euros gastados en su educación… para que un piojoso chupatintas lo eche todo a perder… ¡¡Me cago en la función pública y la madre que la parió!!



Siguió un buen rato mascullando maldiciones en latín, durante el cual me entretuve en mirar las fotos enmarcadas que había sobre el escritorio, Una de ellas llamó poderosamente mí atención. Se trataba obviamente de la foto de un grupo musical de los años sesenta y reconocí en uno de aquellos rostros al vociferante leguleyo con unos cuantos años menos; otra de aquellas caras me resultaba inquietamente familiar, aunque no conseguí identificarla.

Finalmente pareció recuperar la compostura y sentándose sobre el borde del escritorio se inclinó hacía mi.
--Descubra quien es el canalla y luego… bueno, ¡del resto ya me ocuparé yo! --dijo lentamente y con un extraño rictus en la boca.
La imagen de un par de excombatientes albano-kosovares equipados con puños americanos y bates de béisbol pasó fugazmente por mi mente, vaya usted a saber por qué.
--De acuerdo. Necesitaré una fotografía reciente de su hija.
De un cajón del escritorio sacó un sobre y me lo entregó. Lo guardé en el bolsillo de la chaqueta sin mirarlo.
--¿Hay algo más que deba saber? --le pregunté
--No --me contestó rápidamente.
Y, sin embargo, ¿no me pareció advertir una leve vacilación en su respuesta?
Tras estrechar su mano me dispuse a marcharme y teniendo ya asido el picaporte de la puerta, me volví y dije:
--Por cierto, en cuanto a mis honorarios
--¡Ah!, por supuesto. --me interrumpió --Supongo que seguirá siendo el habitual entre los funcionarios de justicia: ¿Un jamón y una caja de puros?


¡Rayos! Estaba claro que este hombre llevaba un buen montón de lustros sin batallar directamente con los covachueleros que pueblan los Juzgados y Tribunales.
--Sin ánimo de ofender --dije con mi más amplía sonrisa -- el jamón se lo puede regalar a las monjitas del asilo para que se lo zampen los vejetes menesterosos, y respecto a los puros… ¡mejor me callo lo que pienso que puede hacer Vd. con ellos! Yo, con que me pague 100 euros diarios más gastos, me conformo.


Me largué de allí sin darle tiempo a responder, echándole al pasar un prolongado guiño a la pelirroja de la entrada. Tras lo cual, juraría que esta escupió al suelo.



(CONTINUARÁ)

viernes, 19 de diciembre de 2008

LA OLLA

Todo el mundo a la puta calle. Esa fue la orden que recorrió las dependecias Judiciales sobre las once de la mañana. Un objeto extraño había sido localizado (o se había observado a través de las cámaras a un individuo depositarlo, la cosa no está clara) junto a la fachada del edificio. Coches y furgones de policia, calles acordonadas... y a esperar a los TEDAX. Como hacía un frio que pelaba (y aunque no lo hiciera), todo el mundo a los bares de la zona para templar los nervios y luego a tomar el sol en la plaza del Mercado Chico. Lo rumores no se hicieron esperar. Lo que parecía claro era que se trataba de una olla metida en una bolsa de plastico, y naturalmente, esto dio pie a numeros chistes y chascarrillos sobre alubias con chorizo, garbanzos y otras contundentes recetas. Finalmente resulto que el recipiente culinario estaba más vacio que la caja fuerte de una inmobiliaria. Hasta cerca de las dos de la tarde no se pudo volver a acceder al edificio.

¿Qué es lo que había pasado? Pues parece ser que un ciudadano magrebí se había encontrado en un contenedor una olla que le debió parecer cojonuda para estofar cordero, pero como tenía que asistir a un juicio, muy sensatamente, pensó que no le dejaria pasar con aquel trasto. Así que no se le ocurrió otra cosa que guardarla en una bolsa de plástico, depositandola en una esquina discreta con intención de recogerla posteriormente.

Cuando fue desalojado y vió el follón que había se había organizado alrededor de su nueva adquisición, hizo lo que quizás hubieramos hecho cualquiera de nosotros... ¡largarse de allí a toda pastilla sin decir ni mu! Dicen las crónicas que le echaron el guante en la estación de Renfe.

Por cierto, hemos consultado la noticia en diversos medios de internet y en los comentarios a la misma hemos observado que muchos ciudadanos han aprovechado la ocasión para poner una vez más a caldo (nunca mejor dicho) al funcionarado con los tópicos de siempre: vagos, inútiles, etc.

¡Ah! ¿sí?, pues esta mañana no he necesitado buscar una excusa para tocarme los ...

lunes, 15 de diciembre de 2008

¡Más madera!

Todo parece indicar que la calma chicha de la línea del frente, puede acabarse en cualquier momento tras la aprobación el pasado viernes por el Consejo de Ministros del proyecto de ley de reforma de las leyes procesales para la implantación de la Nueva Oficina Judicial. La noticia ha corrido como la pólvora a lo largo de las trincheras del ejército togado. ¿No quieres caldo? pues toma tres tazas. Ese parece ser el mensaje enviado por el Generalísimo Ministerial.

Efectivamente, en el proyecto se mantiene la atribución a los Secretarios Judiciales de la competencia para señalar vistas y juicios, cosa que a la magistratura le sienta como un tiro. Además, el CGPJ parece que definitivamente abandona la no beligerancia y añade su potencia de fuego al ejército gubernamental. Así ha solicitado información a los Jueces Decanos sobre las actuaciones judiciales supuestamente suspendidos por la celebración de Juntas de Jueces los días 21 de octubre y 21 noviembre, lo que ha provocado las suspicacias del estamento judicial ¿No se pedirá esta información para darles leña disciplinaria?

Aunque es posible que en esta nueva fase del conflicto en vez de a un atronador duelo artillero, asistamos al uso de audaces ataques de comandos o labores de contraespionaje en el nuevo escenario bélico que se abre con la tramitación parlamentaria del proyecto de ley. Eso sin descartar el uso por parte del Alto Mando Togado de su arsenal nuclear: la huelga. ¿Jueces en Huelga?... ¡la Hecatombe!

martes, 9 de diciembre de 2008

DON MARIANO EN "PRIME TIME"

De la misma forma que nunca hemos recomendamos en estas páginas visitar plantas de tratamiento de residuos sólidos urbanos o estercoleros, tampoco han tenido cabida asuntos relacionados con la caja tonta. Sin embargo en esta ocasión les anunciamos que el próximo miércoles intervendrá en el programa de TVE cincuenta y nueve segundos, D. Mariano de nuestras entretelas.

No obstante, si Vd. es un covachuelero judicial de los que se excitan con facilidad, le recomendamos que no lo vea. Teniendo en cuenta la idiosincrasia del Sr. Ministro, lo más probable que acabe Vd. cargándose su flamante televisor de un certero botellazo. Además, ya nos encargaremos nosotros de hacer posteriormente un sesudo análisis de lo que allí se diga.


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Recordaran nuestros lectores que días atrás, hacíamos una alabanza del cafetito mañanero-funcionarial y de lo beneficioso que resultaba para el correcto funcionamiento de la cosa pública. Asimismo mostrábamos nuestras reservas hacía la sustitución de la peregrinación cafeteril al establecimiento hostelero habitual, por las máquinas de café que empiezan a proliferar en las dependencias judiciales.

Pues bien, teníamos razón. Leemos en la prensa que a un funcionario de la Unión Europea en Bruselas, se le ocurrió analizar muestras de café de la máquina instalada en su oficina. Resultado: 175 partículas de níquel más de las permitidas y 16 veces el nivel máximo permitido de plomo.

En resumen, que puede ser razonable utilizar la maquinita en caso de urgencia (por ejemplo, tener una resaca como un piano) pero en ningún caso de forma habitual. ¡Todos al bar de la esquina!

domingo, 7 de diciembre de 2008

BURRADAS ARQUITECTÓNICAS


En el portal Hispania Nostra, asociación de ámbito nacional dedicada a la defensa y promoción del Patrimonio Cultural de España, hemos podido leer la grave preocupación existente por la alteración y degradación de los valores culturales y paisajísticos de Ávila. Algo, por otro lado, que no nos causa ninguna sorpresa a quienes vivimos aquí. También ofrece un revelador reportaje fotográfico al respecto. No puede faltar en este museo de los horrores el Palacio de Congresos y Exposiciones, última barbaridad cometida, y el mamotreto plantado por el Sr. Moneo en El Grande.


Estando esta Gaceta dedicada a tratar asuntos de la Cosa Justiciera, quizás más de uno se pregunte la razón de incluir aquí este tema, pero los más perspicaces de nuestros lectores lo habrán adivinado inmediatamente. Efectivamente, el edificio que alberga a los Juzgados ocupa un lugar de honor en la relación de tropelías cometidas.
Una de las fotos del reportaje de Hispania Nostra donde "destaca" la grácil y grisacea mole del edificio judiciero

jueves, 4 de diciembre de 2008

ANECDOTARIO JUDICIAL: SOBRE ALGUNOS PATRONÍMICOS.


¿Se ha quedado Vd. alguna vez sin respiración intentado pronunciar en voz alta y de corrido determinados apellidos de ciudadanos de la Europa del Este? Pues esto le suele pasar a más de un Auxiliar Judicial cuando se asoma a la puerta de la Sala de Vistas y llama a los participantes en un juicio. Nadie podría imaginarse que existieran tantas consonantes en el alfabeto... ¡y que pudieran ir todas juntas!

Por otro lado, es inevitable en más de una ocasión no dejar de sorprenderse con los nombres propios que ostentan muchos paisanos latinoamericanos. No obstante uno puede entender aquellos que, como Washington o Lincoln, encarnan una serie de valores positivos: libertad, emancipación, etc. Incluso aquellos otros patronímicos que, inevitablemente, asociamos a telenovelas cursilonas o a adaptaciones más o menos conseguidas de nombres anglosajones. La televisión y el Imperio tienen una influencia formidable. (Por supuesto en España no hemos sido ajenos a este fenómeno)

Pues bien, todo este rollo nos sirve de introducción para contar un chascarrillo al respecto.

Comparece un natural de un país hermano del otro lado del Atlántico en el Juzgado de Guardia para realizar una presentación quincenal. El funcionario que atiende la ventanilla sin levantar la vista del ordenador le pide con gesto rutinario el NIE. Se pone a tecletear los datos que constan en el mismo: "Veamos, apellidos"... digamos que unos de rancio abolengo castellano de uso común. "Nombre"... ¡HITLER!... sobresaltado levanta la vista y, afortunadamente, el fulano no luce flequillo ni un característico bigotito. De hecho no tiene ninguna pinta teutónica. Más bien es bajito y con una simpática cara coloradota. Se acaba de tranquilizar del todo cuando comprueba con alivio que el Sr. Hitler firma por unas Diligencias Previas que se siguen, por ejemplo, en un Juzgado de Albacete y no en el Tribunal de Nuremberg. O en el Central de Garzón, ya puestos.

Y nos preguntamos ¿Qué narices puede llevar a unos padres, allá en el Altiplano, a imponer ese nombre a su hijo? La única explicación que se nos ocurres (aunque nos cueste) es la ignorancia respecto a lo que representa. Quizás lo oyeron en alguna parte y les sonó bien.

Aunque sí de lo que se trata es de ser original, no deja de ser una buena idea. Yo a mi próximo hijo, si es niño, le llamaré Belcebú, Pilatos o Judas. ¿Y si es niña?... ¡pues como su madre!

martes, 2 de diciembre de 2008

FUNCIONARIADO Y CAFE: USO Y TRANSCENDENCIA

Estamos asistiendo últimamente a una avalancha de informes acuerdos, planes, dictámenes, proyectos, etc. emitidos por los más diversos órganos competentes en la Administración de Justicia y conducentes a la reforma y modernización de ésta. Tiempo habrá de analizarlos en profundidad, pero hay una cuestión que, a nuestro juicio, no ha merecido el debido interés por parte de las instituciones. Nos referimos concretamente al ancestral (y denostado por el vulgo) cafelito de media mañana.

Somos conscientes de que la legendaria capacidad de los servidores públicos para absorber, ya sea por vía bucal o intravenosa, asombrosas cantidades de café (quizás en igualdad de condiciones con la supuesta habilidad para desmaterializarse antes de la hora oficial de salida), es argumento para cientos de chistes y críticas, fruto todo ello de la ignorancia sobre la realidad funcionarial, pero es nuestra intención demostrar la vital importancia que para un correcto funcionamiento de la Justicia tiene la ingesta cafeteril.

Numerosos y eruditos estudios independientes han ponderado los beneficios que aporta al servicio público la tradición que nos ocupa, pero para que produzca sus salutíferos efectos es imprescindible que se ciña al estricto protocolo y pomposidad que el devenir de los siglos ha ido forjando. Solemnidad que, por cierto, deja a la ceremonia del té japonés a la altura de un banquete vikingo.

En primer lugar el ceremonial exige salir en grupo y, por supuesto, al exterior de las dependencias judiciales. No hay mayor herejía que practicar la comunión cafeteril de pie frente a un diabólico armatoste mecánico y utilizando un vaso de plástico, material propicio para la manufactura de orinales pero no para la elaboración de recipientes dignos de contener el oscuro néctar. En caso de urgencia, la doctrina sin embargo, admite el uso de un botijo o porrón.

Por lo que se refiere a la naturaleza del grupo, es aconsejable la mezcla de géneros, así se amplían los temas a abordar durante la tertulia que acompaña a las libaciones. Está comprobado que si todos los cofrades pertenecen al mismo sexo, se acaba inevitablemente hablando de tallas de fajas o de las experiencias en el proctólogo, asuntos poco enriquecedores y que influyen negativamente en el rendimiento laboral de los sujetos funcionariales. Es aconsejable además que los participantes, a modo de terapia grupal o catarsis colectiva, despellejen sin piedad a otros compañeros ausentes. Siempre será preferible desahogarse con gente de confianza, criticando la burrez de alguno o su innata inclinación a sobarse las gónadas durante toda la jornada, que acabar tirándole una impresora a la cabeza.
Respecto a los complementos alimenticios, la etiqueta impone que sean de aquellos que asustan a las arterias: grasientos churros, cazuelitas de callos, etc.… Está demostrado que la ingesta de croisants, brioches y bollería fina provoca en los individuos justicieros un estado similar al de fumarse un par de porros bien cargados: somnolencia, apatía o risa histérica irrefrenable y, consecuentemente, falta de rendimiento en el trabajo cotidiano No obstante hay algún caso en que es excusable no tomar productos tan consistentes. Pensemos, por ejemplo, en determinadas féminas sometidas a la dieta del melocotón y que se contentan con mirar enfermizamente a los torreznos cochineros que se ha pedido algún compañero o en el Sr. Petit, cuyo estómago a estas alturas sólo admite las hamburguesas del Burriking.

En definitiva, queridos lectores cafeinómanos, se impone presionar a la Administración para que la práctica usanza a la que nos hemos venido refiriendo, sea objeto del oportuno reconocimiento y protección (similar a la Monarquía o la Catedral de Burgos), yendo su regulación más allá de la imposición de un grosero límite temporal para su disfrute y…¡las once! perdonen que les dejemos, pero es la hora de tomarse un torrefacto cargadito en la Posada de la Fruta.

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ECOS DE SOCIEDAD

NATALICIOS.- Nuestra más cordial enhorabuena a Alfonsito, probo funcionario salmantino destinado en el Juzgado nº 3 de los de esta capital, que recientemente ha sido padre de un tierno querubín, al que se le impondrá el nombre de Víctor, Felicitación que, por supuesto, hacemos extensible a su Sra. esposa.

Aprovechamos estas líneas para emplazar al novel papá para que nos aclare un punto del e-mail que remitió a su compinche Sr. Petit y que ha causado una cierta polémica. En concreto, la controversia se refiere a sendas magnitudes que el progenitor menciona con evidente orgullo en su misiva: La expresada en kilogramos no parece ofrecer ninguna duda. Sin embargo, y este es el punto que genera confusión, la enunciada en centímetros… ¿se refiere al bebé en su conjunto o a una parte muy específica de su anatomía?

INCORPORACIONES.- Damos nuestra más cordial bienvenida al colectivo funcionero de Ávila a Armando, mocetón vallisoletano viejo conocido de esta sede judicial por haber prestado sus impagables servicios en el Juzgado nº 1 hace unos años. Y nos ha dicho un pajarito, que su regreso tiene mucho que ver con el hecho de que su tierno corazoncito ha sido delicadamente espachurrado por una dama abulense.
¡¡Qué bonito es el amor…!!

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