martes, 18 de noviembre de 2008

ANECDOTARIO JUDICIAL: BURREANDO

Soporífera jornada de juicios de faltas, todos ellos sobre asuntos intrascendentes. Media mañana, denuncia por insultos de un señor contra otro vecino de su mismo pueblo, del que discretamente omitiremos el nombre.

Actúa como testigo la esposa del denunciado. La señora tiene desparpajo y no se muestra nada cohibida. Niega categóricamente los insultos, añadiendo de propina que el denunciante es un borrachuzo con mala fama en el pueblo, alude igualmente a otras denuncias anteriores y “… además es mentira que le tiráramos un cantazo a la cabeza“. La señora ha cogido carrerilla y ya no hay que la pare “… y en la romería estaba borracho perdido porqué se había bebido todo el vino del Santo” (en esta cuestión, insiste varias veces). El Juzgador intenta cortarla, pero está lanzada y aún le da tiempo, y esto es lo bueno, a sentenciar “…y hace unos días le pillaron en el pueblo follándose a una burra!” ¡zambomba! De forma similar a cuando en un concierto sinfónico el señor de los platillos pega un buen golpe con sus instrumentos, esta frase tuvo la virtud de desperezar a todo el mundo. Hasta el veterano Auxiliar Judicial que dormitaba en el fondo de la Sala, acostumbrado a oir todo tipo de barbaridades, se enderezó de repente pegando un brinco. Lamentablemente para el espectáculo, ahora sí, y de forma rotunda, el tribunal consiguió acallar a la indiscreta. En fin, nos quedamos sin saber más detalles del asunto, tales como si el fogoso paisano tuvo que utilizar un taburete o, quizás, una escalera de mano, dependiendo de la alzada.

No somos nadie para cuestionar las ancestrales y pintorescas tradiciones de un pueblo, ya sea la forma de tocar la dulzaina o las apetencias sexuales de los lugareños, pero hay algo que nos llama la atención. Por la forma de decirlo parece desprenderse que, aunque a la señora le parecía feo y rechazable eso de beneficiarse a un cuadrúpedo, sin embargo no es algo que le causara sorpresa. Vamos, que entra dentro de lo normal. Nosotros, por si las moscas, hemos decidido la próxima vez que hagamos una ruta a caballo, evitar el pueblecito de marras.

Ahora una cuestión de índole procesal. ¿No debió el Tribunal deducir un testimonio de lo allí manifestado sobre la supuesta coyunda? ¿No sería apropiado hacer el oportuno ofrecimiento de acciones al propietario de la burra? O mejor aun, a la propia burra. ¡Algo tendrá que decir al respecto! Si hubo consentimiento… o algo así.

Y para acabar ¿pero es que sigue habiendo pollinos en los pueblos? Creíamos que se habían extinguido, como los dinosaurios.

4 Comentar:

Anónimo dijo...

ja ja ja que bueno, menuda señora, sólo le falta ir a contarlo al programa del Cantizano.

Desde Badajoz y para Justicia News Ávila comentó, Solete.

Anónimo dijo...

Hola padre, soy tu amada hija informando desde Salamanca.
A ver si me llevas a juicios así tío.

Anónimo dijo...

Hola marido,ya sabes quien soy. Desde la muralla con amor.

Anónimo dijo...

yuju, estoy borracha y nunca voy a clase. Y ana se echa dronja en el colacao
Y os odio.


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