lunes, 3 de agosto de 2009

Sentencia Madoff: Conejos en la chistera.

"Sí el Barcenas o el bigotes fueran norteamericanos ya estarían vestidos con monos anaranjados e intentando proteger sus culos de las cariñosas atenciones de algún inmenso negro de esos que pueblan las prisiones federales"


Es bastante probables que Vd, amable lector, haya oído comentarios de este tipo desde que se conoció la sentencia dictada por un Tribunal de Nueva York condenando al mega-chorizo-global Bernard Madoff. Y dejando de lado los 150 años que le han cascado, lo que más ha llamado la atención han sido los escasos ocho meses transcurridos desde que se descubrió el pastel hasta la sentencia, lo que inmediatamente lleva a mucha gente a ponderar la Justicia USA comparada con la española. Pero la cosa no es tan chiripitifláutica... tiene truco.

Para empezar, el fulano en cuestión se declaró culpable de todos los cargos y, claro, así cualquiera. La primera pregunta que se hace uno es ¿por qué es habitual que los chorizos de cuello blanco en EEUU actuen de esta manera? ¿herencia de los puritanos del Mayflower? ¿sofisticadas técnicas psicológicas en las tomas de declaración a los imputados? La respuesta es que a los Fiscales yankis (que tienen además el monopolio de la acusación) se la refanfinfla el principio de legalidad, así que su margen de maniobra para llegar a un acuerdo con el acusado es más amplia. En este caso, a cambio de declararse culpable, Madoff ha conseguido que la fiscalía no presente cargos contra su esposa e hijos. ¿Qué gana la fiscalía? pues ahorrarse un montón de diligencias de investigación y exhibir la cabeza disecada de la pieza de caza mayor en la pared del despacho, aunque, eso sí, a costa de que las liebres y los conejos se vayan de rositas. Vamos, que no ha tenido lugar ni vista oral ni apenas fase de instrucción.


Naturalmente en España esto no hubiera sido posible ya que rige dicho principio y, por tanto, la acusación tendría que dirigirse contra todos aquellos sobre los que existan indicios de haber cometido un delito, sin posibilidad de enjuagues, lo que obligaría a largas y prolijas diligencias de instrucción e investigación, así como la celebración de la vista oral. Todo lo cual provoca que asuntos de índole económica se prolonguen en el tiempo. Ya se pueden imaginar que una comisión rogatoria a Beluchistán o a un paraiso fiscal puede tardar un buen montón de meses en cumplimentarse (sí es que hay respuesta) y además, sí el Juez Instructor comenta que tiene que ir al servicio a mear... se recurre.

Pero aquí no acaba la cosa. Es probable que el acusado, la fiscalía y la opinión pública norteamericana estén satisfechos, pero los estafados (una vez que se les pase la alegría de saber que el tipejo se va a pudrir en la cárcel) a lo mejor no lo están tanto, puesto que el Tribunal no ha dicho ni mu sobre las responsabilidades civiles. En España, el Tribunal penal en su sentencia resolvería todas las cuestiones sobre las indemnizaciones a los perjudicados, quiénes son estos, las cuantías de las mismas, sí hay responsables civiles subsidiarios, etc. Y, obviamente, se habrían llevado a cabo diligencias para averiguar dónde está la pasta, embargado bienes de los responsables y todas esas cosas. Además los damnificados no habrían tenido que nombrar abogados para defender sus intereses, ya que el Ministerio Fiscal lo haría de oficio... y gratis. Vale, Madoff ha sido condenado, pero no se sabe cuánto ha defraudado, ni dónde está el dinero, ni quiénes son los estafados.

Por el contrario, a los perjudicados en este caso, no les queda otra que contratar abogados e interponer demandas civiles para intentar recuperar su dinero. Complicados procedimientos en los que puede pasar cualquier cosa porque, hermosos, en el sistema anglosajón la sentencia de un tribunal penal no vincula para nada a los tribunales civiles. Además ¿se han fijado cómo son los despachos de los abogados en USA según las películas y series de televisión? ¿Han visto qué mesas de juntas y qué vistas a Central Park? pues todas esas facturas hay que pagarlas, amigo, y no sabemos sí la justicia norteamericana será siempre tan rápida como en este caso, pero lo que sí es seguro es que es cara. Muy cara.


Resumiendo, ¿le resultaría aceptable que, por ejemplo, uno de los responsables de Afinsa y Fórum Filatélico aceptara comerse el marrón a cambio de que quedaran impunes el resto de los culpables? ¿estaría conforme con que los estafados tuvieran que gastarse una pasta en nombrar abogados para intentar recuperar algo de su dinero en largos procedimientos civiles? Pues eso es lo que hay en la sentencia Madoff.

Que prefiere... ¿mazo o campanilla?


2 Comentar:

Funcionario's blog dijo...

Ya sabes que los yankies viven muy mediatizados por culpa de la televisión. Para ellos mucho es apariencia, así que cuanto más espectacular, mejor.

Me quedo con la justicia española, aunque sea más lenta.

Sr. Petit dijo...

Estimado Funcionario's blog quiero agradecerle su elección, y estoy en condiciones de asegurarle que no sólo es lenta, si me apura es todavía más espectacular que la norteamericana, tenemos los mejores jueces y hasta alguno cuerdo.
Los Secretarios Judiciales también los tenemos, desconocemos para qué pero ahí están.
Y por último los funcionarios sin galones y robaperas, que si van al juzgado por las tardes es para elegir con más calma el material de oficina que ni siquiera necesitan.
Pero aquí es hasta divertida, especialmente cuando los ciudadanos en las guardias vienen a presentar sus denuncias.
Le recomiendo encarecidamente que un día en que sus quehaceres se lo permitan, se acerque al Juzgado de Guardia de su Partido Judicial y denuncie lo que en ese momento más le plazca (en una ocasión un ciudadano obstinado en el ejercicio de sus derechos denunció al viento por encontrarlo el causante de unos desperfectos en su vehículo).
Es gratis y puede llevar a un par de amigos para compartir la expericiencia.


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