domingo, 10 de mayo de 2009

Publiciteando

Un profesor de un instituto de la californiana ciudad de San Diego llamado Rancho Bernardo (la High School, no el profesor), ha decidido incluir publicidad en las hojas de exámenes que entrega a sus alumnos y así compensar el recorte del presupuesto que tiene asignado para gastos de material, fotocopias, etc.

¡Eureka! ¿No podría hacerse algo similar en la Administración de Justicia? Imaginemos que en cada comunicación que remiten los distintos órganos judiciales a los particulares se incluyera un discreto mensaje publicitario ¿no permitirían los ingresos así generados financiar de una puñetera vez los planes de modernización?

Bueno, es obvio que esta idea puede provocar sarpullidos en algunos, ya saben, la publicidad simboliza de alguna manera la pérdida de la pureza, venderse al consumismo desenfrenado o carecer de autenticidad. Pero seamos realista. Uno puede pasarse cuatro horas como un becerro delante de la televisión y es bastante probable que lo único interesante que aparezca en la pantalla, aparte de la apasionante lucha de guionistas y programadores por no caer en las garras de la inteligencia, sean un par de anuncios inspirados directamente en poesía haiku japonesa, la filosofía tibetana o el cine expresionista alemán de entreguerras. Arte con mayúsculas, oiga. Además, mucho "The times they are a-changin´"... para acabar sirviendo de sintonía a un anuncio de coches (¿o era de lavadoras?). ¡Fuera tabúes!

Por otro lado ¿alguien ha dicho que la publicidad está ausente de las Administraciones Públicas?. Fíjense en el Gobierno. ¿Qué sector ha sido el más beneficiado por el "plan E"? Pues los fabricantes e instaladores de vallas publicitarias sin duda. Por no hablar de los ejecutivos autonómicos, que tienen barra libre en este aspecto.

Incluso estaríamos en condiciones de ofrecer a los anunciantes un alto grado de eficacia publicitera, eligiendo para cada producto a los sectores sociales potencialmente interesados. Así la publicidad del "Taller de Chapa y Pintura Don Abollón" se insertaría en las comunicaciones dirigidas exclusivamente a perjudicados en accidente de tráfico, actos vandálicos en los vehículos aparcados junto a los bares tras un transcendental partido de fútbol y cosas así. ¿A los solicitantes de expedientes de matrimonio?, pues las ofertas de empresas dedicadas a organizar esos eventos en los que ellas se colocan graciosos sombreritos en forma de colorido falo (con su escroto y todo) y un tío macizo se dejan tocar el culo o, en el caso de ellos, una señorita de buen ver se despelota artísticamente, al tiempo que todo el mundo se pone cocido. En lo que se refiere a los separados y divorciados, seguro que las empresas de contactos personales y agencias matrimoniales estarían sumamente interesadas en hacerles llegar sus propuestas (el hombre es el único animal, junto con alguna especie de mandril, que tropieza con la misma piedra). Y así todo.

Superados los recelos iniciales incluso se podrían amenizar las largas esperas ante las salas de vistas, organizando reuniones tupperwear o ventas de multipropiedadad. Las empresas dedicadas a estas actividades tendrían la ventaja de ahorrarse los regalos (aunque suelen ser unas auténticas mierdas, no dejan de suponer un gasto) que a modo de zanahoria ofrecen para atraer a los incautos; además los clientes en este caso no podrían escaparse por las ventanas ¡están citados por la Autoridad judicial!

3 Comentar:

Funcionario's blog dijo...

En todo caso, habría que intentar que la publicidad estuviese relacionada con el tema de la comunicación.

Por ejemplo, en una resolución de divorcio (o del inicio del procedimiento) se podría incluir banners de abogados o similares.

Si se tratase de una licitación de un contrato, empresas intermediarias en la elaboración de proyectos.

Unas oposiciones, pues Academias, preparadores y similares.

Y así...

Excelente entrada.

Anónimo dijo...

Bárbara la idea. Pero antes de lanzarnos a evangelizar tendremos que valorar seriamente:

1. La actual coyuntura económica de recesión acelerada, también conocida como crisis, ha provocado un notable descenso de la inversión en publicidad, tanto de las multinacionales como de las pymes (¿sería más sensato esperar a que el mercado -no confundir con el Mercadona, al que por cierto tengo que ir- se recuperase?)
2. Los de TVE, la uno y la dos, dejarán de emitir publicidad. Mal rollo, quedaríamos como lo que somos.
3. Férreo control de los beneficios, o lo que es lo mismo, exigencia irrenunciable de pingües beneficios para los funcionarios. En este caso no debemos preocuparnos por nuestra imagen.

Anónimo dijo...

Yo también me apunto.... vamos a ver: si no he entendido mal la idea, es publicidad dirigida... justo lo que hace D. google, y fíjate como le va!!!!

Millones a mogollón. Quizás así se 'modernice' esta Administración.

Esta idea merece algun premio!!!


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