La emoción no nos deja hablar... ¡sniff! no hallamos palabras para definir el conjunto de emociones encontradas que nos embarga... ¿Con quien narices nos vamos a meter ahora? ¡Nunca habrá otro como él!
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Anónimo
dijo...
Sucesor: el jurista gallego Don Francisco Caamaño Domínguez
Un soldado llegó a donde estaba el Rey Católico impartiendo justicia a pedirle una merced de cosa que no era razón otorgársela. El Rey le respondió: “No se puede hacer.” El soldado le besó las manos, mostrando por palabras agradecérselo. Preguntado por los que allí estaban, pues le negaba lo que pedía, por qué le besaba las manos agradeciéndoselo, respondió el soldado: “Porque me despachó presto”.
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