domingo, 29 de noviembre de 2009

Cartas al Director

Por su indudable interés humano, publicamos la siguiente misiva:

Sr. Director:

No me es agradable reconocerlo, pero sigo tomando café solo.

Desafortunadamente creo que mis compañeros no tienen pensado ponerle remedio a la soledad del tramitador del fondo. Y creo que, en el improbable caso de que alguien se ofrezca debería tener la dignidad para rechazar su ofrecimiento.

Esta semana he llamado un par de veces a la Gerencia de ..., y he descubierto que además de ser habitualmente mal educadas (el chiringo de personal singularmente), son manifiestamente incompetentes y groseramente analfabetas.

Les pedí encarecidamente (me puse de rodillas mientras solicitaba la gracia para hacer más creible mi total entrega) que me remitiesen por fax la información relativa a las vacaciones y dias de asuntos pendientes de disfrutar y resulta que sólo he dispuesto de uno de nueve. Incompetentes puesto que me quedan sólo cuatro, y faltas de una elemental instrucción porque dirigen el fax a la atención del declarante en el Juzgado 4 de ...V... (la mayúscula es mía, y la v de carente de cualquier tipo de formación reglada es de la Gerencia de las Burras).

Como no se veía prácticamente nada, me confirmaron los datos verbalmente y ante la ignoracia en subsanar el negro cuarzita del fax, me prometieron meterlo en un sobre sin oficio ni nada, sin saber que una vez más arrastrarían el nombre de la Gerencia de ... y por extensión de los funcionarios y tal vez de los ...eses, si en el sobre vuelven a poner ....

Por otra parte, en el trabajo diario continuo con mi meticuloso proceso de aprendizaje, y los mismos que me condenan al ostracismo del cafe, se muestran cordiales y atentos. Únicamente me enerva de tanto en tanto mi compañera de penal, que de igual forma me indica cómo debo proceder ante una duda como me regaña por calificar de zorrita a la de Gerencia.

Afortunadamente su forma de ser hace que mantenga un ligero cabreo sostenido que favorece mi productividad, pues me callo.

No quiero abusar de su confianza ni tengo putas ganas de seguir escribiendo. Ya le contaré cuando le parta la cara a algún gilipollas.

Un saludo cordial que me gustaría que hiciera extensivo a los antiguos compañeros de juzgado y de café, y éstos últimos que valoren lo que tienen porque no todos pueden decir lo mismo por culpa de los canallas y miserables que andan sueltos.

Un anónimo tramitador.

1 Comentar:

Anónimo dijo...

Ánimo chico, los comienzos son duros para todos, ya verás como haces grupo para tomar café, es cuestión de tiempo.


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